Con 17 casos confirmados y a 20 días de la reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA) donde se definió la estrategia, recién este lunes comenzó la campaña de refuerzo de vacunación contra el sarampión, luego de que la semana pasada el Ministerio de Salud de la Nación empezara a distribuir las dosis para el control del brote.

Bebés, niñas y niños de seis meses a cinco años deberán recibir una dosis de refuerzo, independientemente de las vacunas que le corresponda recibir por calendario. Se trata de una dosis extra que busca reforzar la protección en el marco de un brote y con circulación comunitaria de la enfermedad.

Tanto en la región metropolitana de la Provincia como en la Ciudad de Buenos Aires el refuerzo se recibe de forma gratuita y sin turnos previos en hospitales y centros de salud.

Esta dosis aplicada durante la campaña no debe considerarse como parte del esquema regular contemplado en el Calendario Nacional de Vacunación: quienes reciban esta dosis de doble viral deberán igualmente completar su esquema regular de vacunación con las dosis de triple viral indicadas a los 12 meses y a los 5 años.

Para niñas y niños que no hayan recibido una dosis de la vacuna triple viral después de los 13 meses de edad, el Ministerio de Salud bonaerense aclaró que deben recibir primero una dosis de esta vacuna (correspondiente al recupero de la indicada para los 12 meses según el Calendario Nacional de Vacunación) y, tras un intervalo de 28 días, la segunda dosis de doble viral.

Empezó la campaña de refuerzo contra el sarampión: de 6 meses a 5 años, sin turno

Brote en curso

El primer caso del que se tuvo registro y que desató el actual brote de sarampión se dio en febrero en una niña del barrio porteño de Palermo, con antecedente de viaje a Rusia. Luego se confirmaron casos en su entorno, y más tarde también en personas contactadas con estos primeros casos, aunque luego se detectó también otra línea de transmisión.

De los 17 casos confirmados, nueve tienen residencia en CABA y ocho en territorio bonaerense. Dos de los últimos detectados allí corresponden a niños no vacunados, lo que incrementó la preocupación ante el avance de lo que se considera una de las enfermedades más contagiosas del mundo.

En tanto, unas 300 personas están siendo monitoreadas por posible contacto con los casos ya diagnosticados.

Campaña de refuerzo

La Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn) ya venía recomendando tomar medidas ante la baja en la cobertura de las tasas de vacunación y el aumento del sarampión en distintas partes del mundo. En agosto del año pasado, de hecho, habían recomendado adelantar la segunda vacuna del calendario obligatorio. Esa recomendación no fue tomada por el Gobierno.

Este año, con el brote ya iniciado, hubo nuevas reuniones con la Comisión especializada y luego, en el encuentro de ministros de Salud en el COFESA se definió avanzar hacia la campaña que está comenzando este lunes, con una dosis extra en bebés e infancias de hasta cinco años.

Comenzó entonces un reclamo a Nación por las dosis, en medio de recortes en el área del Ministerio que afectaron también al área abocada a la vacunación. Desde la cartera que conduce Mario Lugones argumentaron que había demoras en las entregas por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Finalmente, el primero de abril, Nación informó que había iniciado la distribución de dosis.

El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, había reclamado a Lugones por la falta de vacunas y cuestionó también el alcance de la campaña: “A principios de esta semana nos llegaron las vacunas para esta estrategia definida por el Gobierno nacional, que resulta necesaria pero insuficiente para abordar la magnitud del problema. No hay motivos para pensar que el área de riesgo se circunscriba exclusivamente al AMBA, Nación debe comprar vacunas para todo el país”.

Síntomas y complicaciones

La urgencia de la campaña de refuerzo tiene que ver con la altísima contagiosidad del sarampión, una enfermedad que había sido controlada a fuerza de vacunas pero cuya cobertura descendió.

Se contagia a través de las partículas que quedan en el aire cuando una persona infectada tose o estornuda. Pero no solo por contacto directo con la saliva, sino también por la permanencia del virus en alguna superficie. De acuerdo a los especialistas, alguien en contacto con una persona enferma tiene 90% de posibilidades de contagiarse.

La fase de contagiosidad comienza cuatro días antes que el sarpullido y finaliza cuatro días después.

Los primeros signos aparecen luego del período de incubación, entre 10 y 14 días después de la exposición o momento de contagio, y pueden prolongarse hasta tres semanas. Estos síntomas pueden incluir fiebre, tos seca, goteo nasal, dolor de garganta, conjuntivitis y manchas blancas en la boca, del lado interno de las mejillas. Además, sarpullido de manchas grandes y planas.

La aparición de los síntomas suele ser leve y gradual, hasta que avanzan de forma abrupta. No siempre aparecen todos los síntomas juntos, y la disminución también es paulatina.

Entre algunos casos después del sarampión, por el debilitamiento del sistema inmunológico, pueden darse algunas infecciones en los oídos o respiratorias, como bronquitis o laringitis. Pero las mayores complicaciones tienen que ver con neumonía, encefalitis, problemas en el embarazo o la gestación.